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Sé que empezó el otoño porque hoy comí lentejas, y al terminar la tarde el viento me abrazó y hojas doradas caían sobre mi cabeza.Suena cursi, pero para mí el otoño es mi estación preferida… que rico a media tarde dormir una siestecita, tomar once con sopaipillas, mientras afuera el viento sopla fuerte y los árboles se despojan de sus hojas.
Cuantas cosas podemos hacer en otoño, ver una película con los amigos en casa, cocinar cosas ricas como queque, pie de limón o sopaipillas pasadas etc., y sobre todo prepararnos para el invierno. En otoño cambiamos nuestra forma de vestir por ende debemos reordenar nuestro closet o ropero, los días son más cortos y las noches más largas, también debemos revisar las goteras y los techos de nuestras casas. Pero lo más importante creo yo, debemos adaptarnos al frío, para después recibir al invierno.
En otoño, para quienes tenemos hijos no hay nada más lindo que correr en un parque sobre una alfombra de hojas secas y ver la felicidad que provoca en nuestros hijos escuchar gri-gri-gri o como crean ustedes que suenan al pisarlas y correr sobre ellas. También se pueden ver parejas enamoradas que suelen correr sobre ellas y abrazarse. Ay el otoño provoca tantas cosas…
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Bueno como es mi costumbre les regalo un lindo poema.
Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casahacia
donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
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