Tanto se ha hablado de la reconstrucción del país que fue afectado por el terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero, que hemos olvidado a las personas que sufrieron tan devastador episodio, a las autoridades solo les preocupa lo que costará la reconstrucción de las zonas afectadas, que son 30.000 millones de dólares , que faltan media aguas, que son miles de casas destruidas, que la cesantía se esta haciendo cada vez más fuerte en dichas zonas, etc., en fin, son muchas cosas las que vemos cada día en la televisión. Pero alguien se ha preocupado de lo difícil que es reconstruir tu vida después de haber perdido a un familiar, tu hogar, tu trabajo, tus recuerdos, todo.
Cómo puede una persona que ha perdido sus sueños empezar a reconstruir su vida de un día para otro si no tiene nada. Es difícil ponerse en el lugar de aquellas personas que perdieron todo lo que consiguieron tras años de trabajo y peor aún perdieron un hijo, una esposa, un familiar. Es verdad que lo material se recupera, pero hay personas humildes de esfuerzo que perdieron su hogar, sus enseres, etc., y quizás difícilmente los puedan recuperar en un futuro cercano. En lo personal lo que más me ha afectado es ver en la televisión a personas que perdieron a sus hijos y que simplemente esta tragedia se los tragó y aun no saben donde están sus cuerpos, ese debe ser el peor dolor del alma que puede sufrir una madre o un padre. Siempre se ha dicho que el ser humano es excepcional, que tenemos una fuerza interior inmensa para reponernos a todo. Al ver y conocer las historias de personas que vivieron un infierno esa madrugada puedo dar fe que esa fuerza existe, tienen una voluntad para volver a levantarse y salir adelante que me agranda el alma, solo espero que las autoridades se pongan una mano en el corazón y entiendan que no basta con una carpa, una caja de mercadería, lo que las personas necesitan es sentirse apoyados, ya ha pasado más de un mes de tal desastre y no es posible que aun existan personas que no han recibido ayuda y peor aun nadie les ha preguntado como están.
P.D.: Mi abuelo tiene 91 años, y ese día se cayó su casa, gracias a dios no le paso nada y aún nadie se ha acercado para saber como está (autoridades), gracias a sus hijos está bien, pero con la pena que a sus años ya no vale la pena levantar un casa nueva. ¿Cuántos viejitos habrá en esta misma situación?
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